miércoles, 5 de septiembre de 2018

El tarro de la felicidad


El tarro de la felicidad: una manera de educar al cerebro en el pensamiento positivo.

Elsa Punset nos propone una técnica emocional para formar niños optimistas.
Aunque también podríamos utilizarla los mayores, sobre todo ahora que acabaron las vacaciones y necesitamos pensamiento positivo a raudales.


Uno de los mayores regalos que podemos hacerle a nuestros hijos, consiste en entrenar su cerebro para que piense en positivo. No se trata de abrazar un positivismo ingenuo ni de vivir de espaldas a la realidad sino de aprender a encontrar lo positivo o la enseñanza que encierran los problemas. De esta manera les facilitaremos enormemente la vida y, de paso, también aprenderemos a desarrollar esta actitud, porque educar a un niño, también significa reeducarnos.



Elsa Punset ha creado una técnica muy sencilla para enseñarles a los niños a pensar en positivo cuanto antes. Lo más interesante es que se puede realizar en familia, de manera que todos podéis aprender.

La técnica se denomina el “frasco de la felicidad”, aunque también hay algunas variantes, como el “tarro de los momentos felices” o el “baúl de la gratitud”. Solo necesitas tener un bote transparente, donde todas las noches cada miembro de la familia debe colocar una nota indicando algo positivo que le haya pasado a lo largo de la jornada.

Puede ser absolutamente cualquier cosa, desde una sonrisa que os haya transmitido alegría, hasta un abrazo reconfortante, una canción bonita, algo que os haya asombrado... Lo importante es que sea algo que os haya animado ese momento o por lo que podáis sentiros agradecidos. Podéis usar papeles de diferentes colores. Lo ideal es que realicéis la técnica al menos durante seis meses. Al cabo de ese tiempo, podéis abrir el tarro y leer al azar algunas de las cosas que habéis escrito. De seguro os vendrá a la mente ese momento y lo volveréis a disfrutar.

Con esta técnica tan sencilla se consiguen grandes cosas:

- Enseñar a los niños a apreciar los pequeños detalles, que son los que enriquecen la vida.

- Enseñar a los pequeños a practicar el agradecimiento, lo cual les permitirá vivir mucho más satisfechos.

- Poco a poco, aprenden a estar plenamente presentes ya que buscarán cada día nuevas razones para sentirse felices.

- Desarrollan hábitos positivos, que le servirán en el futuro para enfrentar los problemas con una actitud más proactiva.




Recuerda que el cerebro suele centrarse más en las cosas negativas que en las positivas, a menudo se queda dándole vueltas a los problemas y sus consecuencias, por lo que es importante enseñarles a los niños desde pequeños que el vaso no solo está medio vacío sino también medio lleno.

¡¡A qué estás esperando para hacer el tu tarro de la felicidad!!

(info vía www.rinconpsicología.com)

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